La resiliencia tecnológica se ha convertido en un pilar esencial para la continuidad de las organizaciones. En un contexto donde las amenazas digitales, fallas en infraestructura y eventos imprevistos pueden comprometer la operación en segundos, contar con un plan estructurado de recuperación ya no es una opción, sino una necesidad crítica.
En Computación Interactiva, entendemos que la protección de los datos es solo el primer paso. Por eso, como parte de nuestros servicios administrados, integramos DRaaS CI (Disaster Recovery as a Service), una solución diseñada para garantizar la recuperación eficiente y controlada de los sistemas clave de una organización ante incidentes mayores.
DRaaS CI permite a las empresas contar con un entorno alterno —parcial o completo— que replica las cargas de trabajo esenciales, asegurando que los servicios puedan volver a operar en el menor tiempo posible, con el menor impacto para los usuarios y clientes. Esta solución permite activar planes de contingencia bien definidos, con respaldos replicados en tiempo casi real, tiempos de recuperación medibles y soporte técnico especializado.
Al estar integrado dentro de un esquema de servicios administrados, DRaaS CI no requiere que las organizaciones cuenten con su propia infraestructura secundaria o personal dedicado para su mantenimiento. Todo el proceso —desde la configuración de políticas de recuperación hasta las pruebas periódicas y la activación en caso de desastre— es gestionado por especialistas, asegurando coherencia operativa, cumplimiento de objetivos de recuperación y visibilidad total del proceso.
Este enfoque permite a las empresas transformar la recuperación ante desastres en una práctica continua, no reactiva. A diferencia de los modelos tradicionales, DRaaS CI se basa en una cultura de preparación constante y mejora continua, donde la tecnología se alinea con las prioridades del negocio y no al revés.
Diseñado para entornos físicos, virtuales o en la nube, DRaaS CI ofrece la posibilidad de establecer soluciones de recuperación específicas para cada tipo de carga crítica, desde aplicaciones financieras hasta servicios colaborativos o bases de datos operativas. Esto garantiza que la respuesta ante un incidente no solo sea rápida, sino también priorizada de forma inteligente.
